Se ha generado un debate sobre las dietas de los
legisladores porque, cuándo no, se las aumentaron en forma vergonzosa.
Con qué parámetros debemos establecer lo que gana un
político, si no ofrece su producto al juicio del mercado?
Son los únicos, los políticos, los que no se someten al
juicio de valor de los demás sobre lo que vale su trabajo?
Erróneamente, se sigue considerando al costo como formador
del precio, cuando es al revés.
No vale el trabajo de un ingeniero o de una mucama por el
esfuerzo que haya realizado para formarse o lo que alguien crea que merece o
necesita. Su trabajo será recompensado según el criterio de escasez, siendo más
valorado cuanto más necesario y escaso sea ese recurso. Por eso Messi gana
mucho dinero y los enfermeros tan poco.
Y por eso no se generan nuevos puestos de trabajo -o se
generan en negro- cuando los
sindicalistas o las leyes laborales mantienen por la fuerza salarios altos, que
no serían los que el mercado está dispuesto a pagar.
Claro, este criterio se aplica a quienes sirven al prójimo
de uno u otro modo.
Los políticos forman sus ingresos con lo que le extraen por
la fuerza a la sociedad, y cobrarán lo que la sociedad que los mantiene tolere.
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