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lunes, 16 de noviembre de 2020

Vacunarse

 

Tal vez pueda ser desmentido muy rápidamente pero no recuerdo algún episodio en la historia humana reciente en el que una vacuna esté lista en los tiempos que demanda la política en vez de serlo en los tiempos en los que la ciencia lo hace posible.

Contra lo que se ha expresado, los mandatos de confinamiento al que los gobiernos han acudido para enfrentar la pandemia de Covid-19 obedecieron más a razones económicas que sanitarias. Fue por la escasez de recursos sanitarios que se intentó contener los contagios o mitigarlos, porque siempre se supo que la salud de la población no solo consiste en evitar enfermarse de algo sino llevar una vida saludable. El que tenga dudas sobre este punto no tiene más que buscar la archiconocida definición de salud que pregona la OMS.

Luego de muchos meses de confinamiento está muy claro que los efectos de este remedio son peores para la población que la propia Covid-19. Tal vez el año próximo conozcamos estadísticas más precisas, o más confiables o con ninguna de esas dos características sobre la carga de mortalidad que han sufrido los países debido a la pandemia causada por el coronavirus, para evaluar si ha sido mayor, igual o menor que en otros años. De lo que podríamos estar seguros es que nadie quiere volver a repetir en su vida lo que vivió en 2020.

Casi en forma unánime, los gobiernos del mundo han puesto en la vacuna la esperanza de recuperar la vida que teníamos hasta antes de la pandemia, es decir, sumarán un nuevo error a todos los que vienen cometiendo.

Si algo se sabe acerca de la infección por SARS-Cov2 y de la Covid-19 es que aún se sabe muy poco. Y si algo se sabe de las vacunas es que necesitan varios, no menos de cinco, años para comprobar su eficacia o, en todo caso, su inocuidad.

Pero estos no son tiempos que la política esté dispuesta a tolerar. Todos los gobiernos quieren transformar a la vacuna en el salvoconducto necesario para volver a una vida normal. No importa si la vacuna sirve o no. Eso formará parte de una controversia que sólo estará en los journals especializados.

Ningún medicamento ni intervención médica está libre de riesgos, de allí el famoso “Ante cualquier duda consulte a su médico”, que debería completarse con el más prudente “Ante cualquier médico consulte a su duda”, porque cuando se trata de la propia salud o la de un ser querido conviene decidir de la forma más informada posible.

Muy probablemente los ciudadanos sólo nos enteremos por medio de la letra chica de los riesgos que conlleva para cada uno aplicarse la vacuna contra la Covid-19. Y se debe prestar atención en el “para cada uno” ya que  “para cada uno” también es diversa la suerte que se corre al infectarse con el coronavirus.

Lo mejor que podemos hacer en los tiempos inmediatos por venir es estar alerta e informados para no caer nuevamente bajo los designios de los arrogantes que jamás pagarán por sus errores.