Los humanos tenemos problemas, que son la
diferencia entre nuestros deseos y nuestra realidad. Quien no desea no tiene
problemas y se moverá según un deseo ajeno.
Para resolver los problemas utilizamos dos
maneras: por ensayo y error, ajustando nuestra conducta al resultado de las
acciones que ejercemos, repitiendo las exitosas y evitando las que demuestran
ser inconvenientes a nuestros fines. La otra forma es estudiar, que es aprender
de lo que los demás tienen para decirnos respecto de problemas comunes, porque
han tenido la generosidad de transmitir a los otros sus aprendizajes
individuales.
Para problemas sencillos no está mal el
método del ensayo y el error. Bajar una manzana de un árbol, abrigarse cuando
hace frío, o ejercitar alguna destreza innata.
Pero para tareas más complejas conviene
estudiar, es un método más seguro y productivo de resolver nuestros problemas.
Y este es el punto: Estudiar para resolver nuestros problemas.
¿Son esos sitios que llamamos escuelas los
lugares donde nos enseñan a resolver nuestros
problemas?
Hace unos días envié a mi hijo de
diecinueve años a depositar dinero al banco. A pesar de su frondoso
conocimiento de las nuevas tecnologías no supo distinguir entre un cajero
automático y una máquina para reservar turnos. Todo esto luego de haberse
recibido en una ¨buena¨ escuela donde cursó tres años de contabilidad. No sé
cuántos jóvenes estarán en condiciones de resolver ese problema. Lo que es
seguro es que no le enseñaron a hacer eso, y lo que también es seguro es que
ese sí es un problema que deberá resolver.
Otro, un día me preguntó cómo saber cuántos
ladrillos harían falta para levantar una pared. No se le había ocurrido
relacionar las operaciones matemáticas que le enseñaron seguramente en la
escuela con las herramientas que necesita para resolver su problema.
Hay muchos más problemas que tenemos los
humanos que no se enseñan a pensar en nuestras escuelas. No se enseñan finanzas
personales. Y las personas que cumplen dieciocho años comienzan a tomar
decisiones financieras que muchas veces los complican durante muchos años.
Tampoco se habla de planificación familiar. Ni de cómo su papá o su mamá son
capaces de poner un plato de comida en la cena. Tampoco parece enseñarse el
valor de la puntualidad o lo que un empresario requiere de un empleado.
Me parece una aberración la escuela pública
en una sociedad libre. ¿Por qué haría falta una educación uniforme para todos
cuando somos, por ser humanos, esencialmente diferentes?
Se entiende que para adquirir conocimientos
militares es bueno que todos aprendan lo mismo, pero eso no tiene sentido para
la vida civil.
La escuela sólo debería enseñarnos a
pensar, que es lo único que necesitaremos toda la vida. Cualquier conocimiento
tecnológico es efímero. No quiero decir que no haga falta tener conocimientos
tecnológicos en la disciplina que fuera, quiero decir que si los conocimientos
tecnológicos se aprenden sin aprender a pensar no tienen utilidad. Pronto
seremos analfabetos tecnológicos otra vez. Como les sucede a muchas personas de
apenas cuarenta años que no consiguen empleo.
Esto es bueno saberlo desde chico, cuando
tenemos derecho y no tenemos problema de equivocarnos. De adultos es más
difícil. Quien no reconozca el océano de ignorancia que tiene en su interior
frente a las poquísimas cosas de las que se jacta saber es un estúpido o un
inmoral, como es el caso de casi todos los políticos.
Me deprime comprobar como día a día no
somos capaces de discutir distintos puntos de vista con quienes no piensan
igual. Nadie parece estar dispuesto a reconocer que ignora ciertas cosas, sobre
todo si ostenta alguna posición de poder sobre lo que supuestamente domina.
¿Quiénes son los que están diseñando
nuestra educación? ¿Por qué se les ocurre que es bueno que los niños estén ocho
horas por día en la escuela o que tengan que comenzar a los tres años a recibir
la educación oficial?
¿Para qué sirve o a quién le sirve la
escuela secundaria? No parece servir para mucho si la mitad de los jóvenes la
abandona a pesar de ser gratuita y obligatoria.
¿Y las universidades, donde el pensamiento
crítico es generalmente reprimido?
Tal vez, los dirigentes sindicales nos estén
haciendo un favor al evitar que comiencen las clases.
Excelente!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar